Sisters of Saint Anne

St. Marie Province

Nuestra Fundadora

Esther Blondin, Foundress

Esther Blondin, Foundress

Esther Blondin nació el 18 de Abril de 1909 a una familia Católica agricultora en una comunidad rural de Quebec, Canadá.  Su madre le enseñó a adorar en la Eucaristía y a reconocer la Divina Providencia.  Su padre le enseñó a tener una fe fuerte y a tener paciencia en tiempos de sufrimiento.

Como  joven, Esther trabajó como empleada doméstica en su pueblo para ayudar a su familia.  Atraída por la vida consagrada religiosa, se unió con la Congregación de las Hermanas de Notre Dame.  Analfabeta, aprendió a leer y escribir a la edad de 22 años al hacer el trabajo de las Hermanas.  La enfermedad la obligó a renunciar a su sueño de ser Hermana de la Congregación de Notre Dame.  Después de un tiempo de descanso, fue invitada a reunirse con otra ex postulante CND que dirigía una escuela al oeste de Montreal.  Esther se convirtió en profesora y después en directora de la escuela.  Más tarde ella sería formadora de jóvenes profesores quienes enseñaron en escuelas pequeñas del campo.

Sana y madura, en 1850, Esther, con el permiso del Obispo local, fundó la Congregación de las Hermanas de Santa Ana y se convirtió en la primera Madre General, con el nombre de Marie-Anne.

En los siguientes años, la congregación creció y se expandió por todo Canadá y los estados de Nueva Inglaterra en los EEUU.  Y mientras que la Congregación atrajo a más mujeres en búsqueda de la vida religiosa, la Fundadora se enfrentó la discordia interna con el nuevo capellán asignado por la Iglesia para supervisar el grupo.  Ella escribió, “En cuanto a mí, mi Señor, bendigo a la Divina Providencia mil veces por el cuidado maternal que me demuestra en hacerme caminar el camino de tribulaciones y cruces.”  (Documento del Vaticano)

La fundadora fue depuesta y relegada al puesto de lavandera, un  puesto que aceptó para minimizar la fricción y las distracciones, ayudando a asegurar el desarrollo futuro de la congregación.  Como pasa cuando uno confía en la Divina Providencia, la Hermana Marie-Anne ahora pudo personalmente enseñar a las novicias cuando trabajaron a su lado.

Una novicia, sorprendida al saber que esta mujer simple era la fundadora de las Hermanas de Sta. Ana, le preguntó porque ella, la fundadora, hacía de lavandera.  Su respuesta fue:

“Cuanto más profundo un árbol hunde sus raíces en la tierra, más tiene posibilidades de crecer, extender sus ramas y dar fruto.”

También enseñó por su vida y acciones que “Hay más alegría en perdonar que en la venganza.”

En su lecho de muerte, la Hermana Marie-Anne dijo a sus hermanas, “Que la Eucaristía y el abandono perfecto a la voluntad de Dios sean su cielo en la tierra”.  Ella entró en la casa de su “Buen Dios” el 2 de Enero de 1890.

El ejemplo de la Hermana Marie-Anne de humildad, obediencia, perdón, y no violencia sigue hablándonos  a nosotras hoy.  Continuamos su misión con los que Dios ha puesto en nuestro camino, sin tener en cuenta donde esté ubicado el sendero.

En 2001, ella fue Beatificada por el Papa Juan Pablo II.

Todas las citaciones vienen del sitio web del Vaticano.

Oración para obtener un favor por la intercesión de la BEATA MARIE-ANNE BLONDIN